.....El estilo ideal de los Maestros y la conducción ideal de la partida.....
(Colaboración especial de Capablack para PINALCHESS)
En
cada generación existen unos pocos Maestros que concentran la atención de los
aficionados y críticos de Ajedrez. Esta atención se intensifica particularmente
en aquel que posee la corona del campeonato. Los comentarios son variados y su
manifestación adquiere formas diversas.
La
mayoría de los aficionados solo observan los resultados y fundan su opinión
solamente, o casi solamente, en el mayor o menor éxito del campeón. Algunos
pocos, sin embargo, expertos del juego, entre los cuales figuran principalmente
los otros maestros, profundizan más la cuestión, siendo sus opiniones
influenciadas por numerosos factores ajenos al hecho de “ganar o perder”.
Aunque existen muchos aspectos dignos de tomarse en consideración, la opinión
de los expertos se funda, por lo general, en los tres siguientes: Profundidad, Poder de Combinación y Estilo.
Por “Profundidad”, se comprende la
mayor o menor aptitud para considerar las posibilidades de las posiciones
difíciles, o en otros términos, el juicio de la posición.
J. R. Capablanca, Campeón Mundial,
escritor y gran pedagogo del Ajedrez
Por “Poder de Combinación”, se comprende la aptitud de ver claramente
hasta el fin de una combinación, ya aprovechando algún chance existente, o ya
preparándola. Y por “Estilo”, se
comprende el sistema general del juego sea éste sencillo o complicado, lento y
sólido o brillante y emprendedor.
Si se considera el Ajedrez como una
Ciencia exacta, es evidente que sólo debe existir una norma justa para jugar,
sea esta la que sea, y sólo restaría encontrarla. Si se considera como un arte,
entonces deben existir diversas normas, y la elección depende por completo de
las características individuales del jugador. Este se inclina naturalmente al
tipo de juego en el cual su genio se manifiesta superior.
La gran mayoría del público
aficionado y también una mayoría aunque más reducida de los expertos, es en el estilo en que fundan su preferencia por el campeón de una generación sobre todos los demás campeones. Empezando con Labourdonnais hasta el presente, e incluyendo a Lasker, encontramos que el estilista evidentemente más grande ha
sido Morphy. De aquí la razón, aunque pudiera no ser la única, por la cual es
generalmente aclamado como el más grande de todos. Lahourdonnais sólo parece
haber tenido éxito en posiciones complicadas de ataques directos al Rey, en los
que la superficialidad no estaba excluida. Siempre buscaba esa clase de juego y prácticamente no jugaba otra cosa. Su estilo, por consiguiente, carecía de claridad y a menudo de energía.
Andersen, jugador de Ajedrez nato,
jugaba principalmente partidas de combinación. Una o dos de ellas se consideran
como las más bellas producciones de todos los tiempos. Pero él, como su
antecesor Labourdonnais, fue víctima del concepto general de la época de que el
Ajedrez sólo debía jugarse en esa forma. Como consecuencia, su juego y su
estilo carecían de coherencia y podemos decir de amplitud.
Steinitz
fue mejor estilista en sus comienzos que en sus periodos finales. Se inició
como un brillante jugador de juegos abiertos. Y terminó como el prototipo del
estilo en extremo cerrado. Alguna vez debió pasar forzosa, aunque fugazmente a
través de ese término medio feliz, del cual pudo conseguir el tipo perfecto.
Fue él quien estableció por vez primera los principios básicos de la verdadera Estrategia general del juego. Fue
también un “pioneer” así como uno de los más profundos investigadores de las
ocultas verdades del juego.
En cierta época jugo bien las Aperturas,
pero más tarde convirtió sus principios en caprichos, debilitando así las
probabilidades de triunfo en las luchas serias contra algunos de sus más
formidables adversarios. Su poder de combinación era muy grande. También era un
finísimo jugador de Finales, y en efecto es condición esencial para ser Campeón
del Mundo ser un fuerte jugador de Finales. Era muy tenaz y en su juventud,
cuando jugaba en su mejor forma, era casi invencible.
Lasker, genio nato desarrollado por
durísimo trabajo en su temprana carrera, nunca adoptó un tipo de juego que
pudiera ser clasificado como un estilo definido. Tan es así, en efecto, que
ello ha movido a algunos Maestros a afirmar que Lasker carece absolutamente de
estilo. La verdad es que si su estilo debiera ser clasificado, correspondería
hacerlo solamente como “indefinido”. Se ha dicho que él es individualista, que
juega más contra el jugador y sus defectos que contra la posición de las
piezas. Esto es exacto hasta cierto punto respecto a muchos jugadores, y tal vez
exista una gran cantidad en este caso, pero no creo que esa afirmación pueda
tomarse en forma absoluta.
En los últimos años, en que he
tenido la oportunidad de observarlo en algunos de sus juegos, me ha parecido
que cambiaba de táctica a menudo, aun contra el mismo jugador.
El defecto de su estilo es que su
juego parece generalmente anormal. Uno de los más grandes jugadores durante el
periodo de Lasker como Campeón, ha dicho que existía en su juego algo
misterioso que no podía comprender. Por otra parte, Lasker posee grandes
cualidades. Es muy tenaz. Puede defender malas posiciones admirablemente bien.
En este sentido tuvo tanto éxito durante su larga carrera de Campeón, que
finalmente, ello se transformó en un defecto que lo condujo a veces a pensar
que podría defender posiciones, que realmente no hubieran podido sostenerse
contra un juego correcto. En posesión del ataque puede conducirlo hasta el fin,
como muy pocos jugadores podrían hacerlo.
En los Finales mantuvo por largo
tiempo la reputación de no tener igual. Llegado a un final donde tenga ventaja
ganadora, por pequeña que ésta sea, se puede contar casi con la certeza de que
gana el juego. Muy pocas victorias se le han escapado en los Finales.
En cambio, si lleva la peor parte,
su adversario no puede permitirse la libertad de concederle el menor chance. Su
poder de combinación en el Medio Juego,
es también muy grande.
Morphy
fue un gran estilista. En la Apertura pugnó por desarrollar todas las piezas
rápidamente. Desarrollarlas y ponerlas velozmente en acción era su idea. En
este sentido, desde el punto de vista del estilo, era completamente correcto.
En su tiempo, la cuestión “posición” no era propiamente comprendida, excepto
por él mismo. Esto le aporto como consecuencia enormes ventajas, por lo cual no
merece sino elogios.
Paul Morphy, "sus partidas demuestran
que poseía excelentísimo estilo de juego"
Pudiera
decirse de él que fue el precursor del desarrollo en esa importantísima parte
del juego. Hizo un estudio especial de las Aperturas, con tanto éxito, que en
muchas de sus partidas, después de seis jugadas, sus adversarios estaban en
posición inferior. También es esto digno de elogio, ya que en aquellos tiempos
disponía de escasos elementos para guiarse.
Pensaban
los jugadores de la época que los ataques violentos contra el Rey y otras
combinaciones de ese género eran las únicas cosas dignas de considerarse. Puede
decirse que empezaban haciendo combinaciones desde la primera jugada, sin
prestar suficiente atención a la cuestión desarrollo, cosa en la cual Morphy
era sumamente cuidadoso. Sus
partidas demuestran que poseía excelentísimo estilo de juego. Era sencillo y
directo, sin rebuscamientos y aunque no buscaba complicaciones tampoco las
eludía, lo que constituye la verdadera manera de jugar. Era buen finalista y
demostró ser hábil en la defensa de posiciones difíciles. Su poder de
combinación bastaba completamente para las cosas que emprendía, pero eso no
fue, como piensan la mayor parte de los jugadores de hoy día, el más grande
activo de su repertorio. Este activo lo constituía su estilo, que allá hasta
donde pudo ser juzgado, era perfecto.
Muy a menudo se oye decir que Morphy
ha sido el jugador más fuerte que ha, habido en el mundo. A nuestro juicio
aseveraciones de esta índole son absurdas, pues no solo carecen de fundamento,
sino que es de todo punto imposible probarlas. Sólo se podrían hacer
comparaciones basadas en el resultado de sus matches, y de acuerdo con el
volumen de sus adversarios. Si hiciéramos esas comparaciones el resultado sería
desastroso para las aseveraciones de los admiradores del Gran Maestro del
pasado.
después se convertiría en Campeón del mundo”.
Pero Morphy no solo fue ampliamente
el jugador más fuerte de su época sino que además fue un creador en el Ajedrez,
y el prototipo de lo que podría llamarse el estilo perfecto. En cuanto al
resultado de las contiendas, hay varias cosas que considerar. Hay una sobre
todo, escasamente conocida. Nos referimos al hecho de que el Gran Maestro
americano nunca jugaba partidas sueltas por divertirse, sino que cada vez que
jugaba, ponía en la partida todo lo que sabía, es decir, que para él, cualquier
partida que jugaba asumía en seguida, por así decirlo, las proporciones de una
partida de match. No creemos que ningún otro jugador haya hecho eso; por
consiguiente a él solo debe juzgarse por sus grandes matches, especialmente
contra Andersen y Harwitz.
Una simple relectura de las
partidas de esos dos matches demostrará que apenas hubo en ellos alguna que
otra combinación de las llamadas brillantes. En contra de la creencia general,
producto de la ignorancia, la fuerza principal de Morphy no estaba en su poder
de combinación, sino en su juego de posición y en su estilo general. La verdad
es que solo se pueden hacer combinaciones cuando la posición lo permite. La
mayor parte de las partidas de esos dos matches las ganó Morphy de una manera
directa y sencilla, y es en ese proceder sencillo y lógico que radica la
verdadera belleza de su juego, contemplado desde el punto de vista de los
grandes maestros.
En cuanto a la afirmación a menudo
repetida por gran número de admiradores, quienes creen que Morphy les ganaría a
todos los jugadores de hoy, no tiene, como ya hemos dicho, fundamento de peso.
Por el contrario, si Morphy resucitara y jugase inmediatamente con solo los
conocimientos de su época, seria con toda seguridad vencido por muchos de los
maestros actuales. Sin embargo es lógico suponer que pronto estaría a la altura
necesaria para competir con los mejores, pero hasta donde tendría éxito no hay
manera alguna de averiguarlo.
Sin duda alguna,
la ciencia del Ajedrez ha sido muy desarrollada en los últimos sesenta años.
Cada día los jugadores ofrecen más resistencia y mayores son los requisitos y
condiciones necesarias para poder sobrepujar a los demás maestros.
De lo mejor, según Mijail Botvinnik
En pocas palabras, la conducta
ideal de juego sería: Desarrollo rápido de las piezas a puntos estratégicos
utilizables, para el ataque o la defensa teniendo en cuenta que los dos
elementos principales son Tiempo y Posición.
Tranquilidad en
la defensa y decisión en el ataque. Atención no exagerada a la posibilidad de
obtener cualquier ventaja material, pues a menudo está ahí la victoria. No
buscar complicaciones sino en casos extremos, pero tampoco rehusarlas;
finalmente, en una palabra, estar dispuesto a competir en cualquier clase de
juego y en cualquier fase del mismo, ya sea Apertura, Final u otra cosa; y sea
complicado o sencillo, tendiendo siempre a lo último dentro de lo que permitan
los dos elementos principales: Tiempo y Posición.‟
Artículo recopilado por Capablack de la Revista Uruguaya de Ajedrez, Mayo de 1927
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